Cada una de las líneas de un hexagrama representa una situación particular, “insinuando” la manera óptima de comportarse dentro de las circunstancias actuales.
Cada uno de estos trazos son concebidos como susceptibles de mutar o transformarse
Cada vez que una línea “emprende una mutación”, el estado representado por el hexagrama original se va transformando en otro.
En un hexagrama no entran “necesariamente en mutación todas las líneas”, aunque sí lo pueden hacer en determinadas ocasiones.
Eso depende enteramente del carácter inherente al trazo y a “la posición relativa que ocupa en el hexagrama”.
Agucemos los oídos con el relato…