Existieron Huesos que se hicieron populares en la década de 1800 por sus supuestos poderes curativos.

Un día del año 1899, Wang Yirong, un famoso estudioso de las escrituras antiguas, notó que un fragmento de hueso que flotaba en su sopa de hierbas tenía algunos garabatos interesantes.

Tras una inspección cuidadosa, Wang sospechó que las marcas eran una inscripción jeroglífica arcaica.

Probablemente más antigua que la forma más antigua de escritura china encontrada en vasijas de bronce de la dinastía Zhou Occidental.

Él estaba en lo correcto.

Flotando en su sopa fue descubierta la escritura más antigua jamás encontrada en el este de Asia.

Oigamos el relato…