A veces, la vida ofrece una gran dosis de ironía que uno no puede evitar preguntarse si hay alguien por ahí que se esté metiendo con la humanidad.

Ge Hong era un alquimista chino que vivía, escribía y trabajaba a principios del siglo IV (301-400).

Nació en un mundo de agitación civil cuando las palabras eran tan valoradas que él, con su habla sureña y su falta de elocuencia, se encontró luchando en un mundo que valoraba una perspectiva más norteña.

Lo hizo bien por sí mismo, finalmente fue nombrado Marqués de la Región Dentro del Paso.

Todo en reconocimiento a sus estrategias militares y su éxito.

Pero estaba realmente interesado en la filosofía, la alquimia y la idea de que todos pudieran alcanzar la inmortalidad.

Había algunas cosas en las que creía sobre lo que se necesitaba para volverse inmortal.

Y en la parte superior de la lista estaba la idea de que todo estaba rodeado por una "unidad".

Y para canalizar esa unidad, se necesitaba una gran cantidad de Paz y serenidad. También estaba la mejora de esa energía, que él creía que podía lograrse tomando tanto medicinas a base de hierbas como compuestos que se habían creado mediante la alquimia.

Apreciemos el testimonio …