Los OTROS SENTIDOS – Parte III

La Magnetocepción

Se trata de la habilidad de percibir los campos magnéticos del planeta para orientarse espacialmente.

La existencia de este sentido en seres humanos es muy discutida y poco estudiada, pero no podemos dejarla fuera de la lista por esas razones.

Hablaremos más que nada de este sentido en otros animales para explicar su funcionamiento, y, si algún día hay más información sobre el fenómeno en humanos, será más fácil entenderlo.

La detección de campos magnéticos no sólo señala al norte como las brújulas, sino que en cooperación con el cerebro permite saber también la altura y el ángulo.

Quizá por esta razón el sentido se ve más claramente en las aves, que lo usan como un altímetro natural.

Dentro de lo poco que se descubrió en el tema, se sabe que las palomas, por ejemplo, poseen partículas de magnetita, es decir imanes en sus cabezas, que se orientan automáticamente con los polos magnéticos, aunque se ignora cómo las usan.

Pero existe otra evidencia que soporta la teoría de la magnetocepción, y es que estas aves tienen en sus ojos unas extrañas moléculas llamadas criptocromos.

Cuando un criptocromo recibe luz azul, se vuelve tan sensibles que puede percibir campos magnéticos directamente con la vista.

Lamentablemente, su funcionamiento es demasiado complejo como para permitir explicarlo con metáforas del mundo que actualmente se conoce científicamente.

Esencialmente, es un fenómeno cuántico.

Justipreciemos la declaración …